domingo, 4 de noviembre de 2012

Situaciones inevitables cuando coso...




Hoy quiero compartir con vosotras algunas de las situaciones que padezco cuando coso, que más de una vez son inevitables y que encima repito con bastante frecuencia... y es que somos los únicos que tropezamos  y tropezamos con la misma piedra.
Cada vez que me encuentro en una de ellas me da un montón de coraje, pero ahí las llevo conmigo sin ser capaz de superarlas...

Os cuento...
1) Estoy cosiendo... metida completamente... de repente... suena el teléfono, o mis niñas se quejan porque el hermano huele mal, o alguno estornuda y hay que sacar los pañuelos con urgencia... Dejo la costura, cojo el teléfono, o cambio al peque... vuelvo a la costura: me siento, cojo la tela, la aguja y... ¿el dedal?, ¿dónde está el dedal?, me pongo a buscarlo por toda la mesa, debajo de la máquina, muevo las telas, los hilos, el metro... ¡nada! que no hay manera. Busco al lado del teléfono, o en el cuarto del peque... según donde haya ido, y nada, nada de nada. ¡Qué coraje!. Ya casi que desisto y me dispongo a buscar otro en el costurero, pero es que soy muy cabezona y entonces me exijo meditación, me quedo de pie delante de la faena y pensando pensando me meto la mano en el bolsillo de atras del pantalón y... ¿ésto qué es?, ¡el dedal!, grgrgr...

2)Sigo cosiendo... acabo de hilvanar, toda emocionada me dispongo a meter la parte en cuestión en máquina. Cuánto más delicada es la parte a coser más concentrada en colocarla bien y tenerla bien sujeta. Bajo la patilla, piso el pedal y... ¡la aguja de la máquina se acaba de desenhebrar!, grgrgr. Tan concentrada que no he caido en que el hilo estaba demasiado corto y al comenzar a coser no he tirado un poco de él... Así que levanto la patilla, saco la tela y enhebro la máquina... Además esto me sucede de esta manera: cuanta más prisa tengo, más me pasa...

3)Acabo de hilvanar y, como ya os he contado antes, toda emocionada enciendo mi máquina y lo coso. Termino las costuras, quito los hilvanes, plancho las costuras y cuando voy a echar mano de la aguja... ¿ah?, ¿dónde la puse?. Ya se que debería ponerla en el acerico, de hecho normalmente la pincho allí pero esta vez no está. La busco por la mesa intentando recordar si le quedaba aun hilo o no, para reconocerla antes. Miro por el suelo con miedo a que se puedan pinchar mis niños y nada. Casi que desisto, me siento y cuando voy a coger otra... ¡mira!, ¡pero si estaba aquí!, pinchada en mi camiseta, con su trocito de hilo y todo... ayyyyy

4)Ahora necesito con urgencia poner alguna marca o sujetar alguna parte con un alfiler... acerco el acerico... Cojo un alfiler y... grgrgr no pincha bien. Lo vuelvo a intentar pero parece que me da miedo forzarlo no vaya a ser que me abra la tela o me rompa la trama. Cambio de alfiler y éste peor aun... es el momento en el que me planteo muy seriamente ¿por qué no los tiro?. Cojo un tercero que clava estupendamente, ¡ay qué bien!. Ya he resuelto mi problema de modo que recojo el acerico con todos los alfileres no vaya a ser que los niños los toquen y entonces me aseguro a mi misma que cuando acabe la faena voy a hacer una limpia de alfileres, ¡voy a dejar solo los que me den confianza!. Pero... ¿quien se pone a pinchar en un rato libre todos los alfileres uno por uno para quitar los que no valen?, y... ¿quien se acuerda ahora de cuales eran esos dos rebeldes?... Pues ahí siguen conmigo, dando la cara de vez en cuando. Ellos, y algún pariente más escondidos entre la multitud.

Podría contaros más, como que cuando necesito el metro no aparece y resulta que lo tienen mis peques... es el corralito de sus bichitos... o que tengo que tener en alto todas las piezas de tela pequeñas como cuellos o mangas porque mis peques piensan que son más retales y acaban siendo las sabanitas de las barriguitas... y más y más... ¿Os pasa también a vosotras?, ¿teneis también situaciones inevitables que se repiten como yo?

Bueno chicas, buen lunes y buena semana...

13 comentarios:

  1. No eres la unica ,creo que nos pasa a la mayoria, lo de la maquina me da un coraje,y la aguja igual ,nunca se donde la dejo...así que tranquila que es un mal de muchas.bsos

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  2. Jajajaja... me suena mucho... lo has descrito muy bien.
    Saluditos.

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  3. Me pasa exactamente lo mismo que a ti y más cosas!!!. Me he reido mucho con esta entrada y me ha servido para saber que no soy sola con estas situaciones tan desesperantes, a veces!!,ja,ja,ja,ja...
    Besitos

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  4. Jajajaja, como dice Sonia, todo eso y más.... A veces es desesperante. Me quedo por aquí para ver las monadas que haces.
    Besitos.

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  5. Bueno, pues... me alegra saber que no soy la única que padece estas situciones... Ahora, cuando vuelva a caer en alguna, me acordaré de vosotras... Un beso a todas!!!

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  6. Me alegro en saber que no soy la unica que padezco esto cuando coso, siempre me pasa situaciones asi
    Esta muy bien descripto, pero viste??? es desesperante
    http://lostejidosenlavida.blogspot.com/
    Besos
    Anny

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  7. HOLA AMIGA, TUS TRABAJOS SON HERMOSO, TE FELICITO, QUE DIOS BENDIGA TU CREATIVIDAD.. AHORA TE SIGO, VISITAME PARA QUE VEAS LO QUE YO HAGO TAMBIEN MUY HUMILDEMENTE..!
    SIEMPRE SERAS BIENVENIDA..
    ZHOBEYD@....

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  8. ja ja j, lo que me he reido y es que me identifico totalmente con el punto 2, tengo que enhebrar constantemente y siempre pienso que me pasa por tacaña y querer apurar tanto el hilo!!!
    El día que pase los 40 y empiece a ver mal de cerca no se que haré...

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    1. Eso me decía mi madre... "Pues si tanto se te desenhebra será porque quieres apurar mucho el hilo...¡tacaña!", hasta que la probó y comenzó a pasarle... Y todavía cuando la coge alguna vez y le pasa se lo recuerdo...

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  9. Muy bueno! Acabo de conocer tu blog, y ando mirando tus entradas! Muy buena esta, me has hecho ir. Es como la vida misma!

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  10. Que bien me lo he pasado leyendo esta entrada!!! Parecia que me estaba viendo a mi misma,yo no sé tú pero yo encíma me pongo atacada porque me paréce que algún duendecillo me lo esconde. Y si són las gafas..... eso ya ni te cuento!!!!!

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